Durante los días previos a la entrevista me encuentro con Chiqui en varias ocasiones. Juntas recogemos la ropa para la sesión fotográfica y hablamos de lo divino y de lo humano. Cuando llegamos al estudio, sé que empezó a bailar con 14 años y que rechazó una oferta de trabajar en el mítico "Un, dos, tres" porque su padre no sabía que se había escapado para asistir al casting. Pese a que en el escenario se transforma en una strip tease, es de carne y hueso.

Marimont Mora: ¿Recomendarías la fabada asturiana, a la que eres adicta, para conseguir tu tipazo?
Chiqui Martí: Yo como mucha fabada, me encanta. Muchas madrugadas llego a casa y me abro una lata, pero también hago mucho ejercicio.

De lo contrario, sería imposible conseguir tus abdominales.
Sí, yo procuro ir al gimnasio a diario y cada sesión es de tres horas. Y eso, además de la gimnasia que realizo cada noche en el "Show Girls" de Barcelona, donde mis actuaciones son acrobáticas.

¿Hay algo en esta vida que odies más que madrugar?
No. Pero tanto como madrugar odio la hipocresía, las caras blancas por delante y negras por detrás. Me afecta mucho la mala educación. Prefiero que la gente vaya de cara y diga lo que piensa, aunque no me guste.

Dicen que las mujeres somos de Venus ¿Estás de acuerdo?
Yo creo que somos de carne y hueso. Ahora bien, siempre es un halago que te relacionen con Venus.

También dicen que los hombres son de Marte.
Los hombres son un punto y aparte. ¡A saber!

Continuando con el planeta rojo, pero el que dirige Xavier Sardá, ¿quién es tu marciano favorito?
Todos son fantásticos pero, sin llegar a tener predilección por nadie, mi relación con Fernando Ramos es muy buena, me hace reír mucho.

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